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Crueldad animal

  • Foto del escritor: Juan Carlos Chau
    Juan Carlos Chau
  • 29 mar 2016
  • 3 Min. de lectura

Muchas de nosotras (aunque espero que todas) queremos o amamos la naturaleza y a los animalitos.


Muchos de ellos son tan tiernos, lindos y esponjocitos.


Obviamente no haríamos nada para lastimarlos ¿o si?.


La crueldad animal existe en este inmenso mundo. Desde las granjas con poca conciencia humana donde se crían a manera de explotación cerdos, ganado, conejos, pollos, hasta la crueldad implicada a productos de nuestro consumo, ¿sabes a que tipo de productos me refiero?.


Si, adivinaste. Nuestra querida amiga, la cosmética industrial vuelve a levantar la mano (a este punto ya debes odiarla, siempre que hablamos de algo malo está involucrada).


Es bien sabido que la industria cosmética realiza pruebas en animales. Artículos para el cuidado de la piel, productos de color y perfumería son solo algunos ejemplos.


Dentro de las investigaciones o pruebas cosméticas se utilizan cientos de miles de animalitos cada año, las cuales son en gran medida muy dolorosas. Se realizan pruebas de irritación en la piel u ojos, se provocan alergias para analizar la sensibilización a la piel, la toxicidad que termina en envenenamiento, mutagenicidad o capacidad para formar daño genético, teratogenia (defectos en las crías), carcinogenicidad que evalúa la capacidad de causar cáncer, entre otras.


En la mayoría de países (incluído México) este tipo de pruebas no son obligatorias.


Es verdad que para poder comercializar a cualquier nivel un producto este debe demostrar ser seguro. Para ello no es necesario realizar pruebas en animalitos. Una forma de validar la seguridad de un producto es utilizar ingredientes que han sido demostrados como seguros. Solo recuerda lo que platicábamos en el post de los conservadores. Hay ingredientes que son permitidos y no son tóxicos instantáneos, pero han sido relacionados con diversos problemas de salud.


Pero no solo la industria cosmética es la bruja del cuento.


Recordemos que en Sunflower buscamos un bienestar general para nuestro cuerpo, por dentro y por fuera. Por fuera estamos viendo todo aquello que nos colocamos, como los cosméticos para el cuidado de la piel. Por dentro nos queda ver la alimentación.


Y es en ese punto donde encontramos otro foco rojo sobre la crueldad animal.


Hemos escuchado diversas campañas contra las grandes compañías alimenticias, en particular las de comida rápida. En ellas nos muestran la forma deplorable que tienen con los animalitos de consumo. Granjas de pollos donde en una reja de cuatro metros cuadrados hay casi diez pollos. Establos donde las vacas son alimentadas con hormonas y químicos para engordar más de prisa. Mayor peso mayores ganancias.


Estamos buscando hacer el cambio ¿verdad? Reflejar por fuera la salud que llevamos dentro.


La crueldad animal existe y mientras no hagamos algo nunca dejará de existir.


Levantémonos en armas y vamos a saquear las granjas y establos llenos de crueldad!!


Bueno, tampoco lleguemos a ese punto. Respecto a la alimentación podemos hacer cosas muy sencillas. Dejar de consumir productos de las cadenas mundialmente reconocidas por su pésimo trato a la vida de los animalitos puede ser un gran inicio. Si, quizá volverte vegetariana o vegana no es una opción, y no te culpo, pero si empezamos a consumir de manera responsable podemos evitar en gran medida el maltrato a esos lindos seres.


Respecto a los cosméticos, en esta ocasión es más sencillo,


Hoy en día son cada vez más las marcas que van eligiendo mantenerse fuera del maltrato animal. En muchisimos casos podrás encontrar algunos símbolos o logotipos en el etiquetado indicando que el producto no fue probado en animales.


Debemos aclarar que a pesar que la industria cosmética convencional es la que realiza este tipo de pruebas NO todas las marcas, compañías o grupos las realizan.


Bueno, salvemos a los animalitos pero... ¿cómo se que estoy comprando algo seguro si no fue probado?


Super sencillo! Recuerda la regla número uno!! Revisa el etiquetado!! Si tus cosméticos están elaborados en su gran mayoría con productos naturales (realmente naturales) despreocúpate!.


Así que ya lo sabes Sunflower! El maltrato animal por parte de estas dos industrias existe, pero nosotros como consumidores podemos evitar que esto siga pasando.


No importa que hablemos de conejos, cuyos, perros, caballos. Todos ellos tienen derecho a la vida, o al menos a una vida digna.


Nos vemos en el siguiente post Sunflower!!

Y recuerda!

Nunca dejes de brillar!!




 
 
 

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